Lluvias intensas y cambio climático: cómo pueden protegerse los lugares
Las fuertes lluvias provocan cada vez más inundaciones y daños en las carreteras. El experto Gregor Grassl muestra qué medidas se pueden implementar.

Lluvias intensas y cambio climático: cómo pueden protegerse los lugares
El número de lluvias intensas y extremas está aumentando significativamente, con graves consecuencias como calles inundadas, evacuaciones y daños por miles de millones de dólares. Una mirada a Alta Austria muestra la dimensión: en 2002 y 2013 se produjeron inundaciones en el Danubio y en el Inn con picos de caudal que, estadísticamente, sólo deberían producirse cada 100 a 300 años. Y la serie continúa: en 2023, dos tormentas provocaron importantes inundaciones: una en Vorarlberg, Tirol y Salzburgo, y otra en Carintia, el sur de Estiria y el sur de Burgenland.
De la escasez de agua a las fuertes lluvias

A septiembre de 2024 le siguieron fuertes lluvias duraderas que provocaron inundaciones generalizadas desde Salzburgo, pasando por la Alta Estiria hasta el norte de Burgenland. La Baja Austria y Viena se vieron especialmente afectadas, con niveles de agua que, por lo demás, sólo se alcanzan una vez cada cien años. "Esto demuestra que los estándares actuales ya no son suficientes. Una protección integral contra inundaciones y una planificación urbana resiliente al clima son cruciales para el futuro de las ciudades y comunidades", destaca Gregor Grassl, socio asociado y experto en construcción y desarrollo urbano adaptados al clima de Drees & Sommer.
Mientras que el aumento de las temperaturas provoca escasez de agua en algunas regiones, otras zonas se enfrentan repetidamente a fuertes lluvias. Esto último es especialmente peligroso porque se produce de forma espontánea y selectiva y, por tanto, difícil de planificar, explica Grassl. "La buena noticia: con los conocimientos técnicos adecuados, las ciudades pueden adaptarse y volverse más resilientes".
Cinco áreas de acción para mantenerse seco

Grassl menciona cinco áreas de acción con las que las ciudades y comunidades pueden aumentar significativamente su resiliencia ante las fuertes lluvias:
1. Análisis de riesgos locales
Las fuertes lluvias también pueden provocar inundaciones difíciles de predecir, incluso lejos de los ríos. Por ello es importante realizar análisis de riesgos y pruebas periódicas de los sistemas de protección existentes. "Los sistemas de alcantarillado sobrecargados son una de las causas más comunes de inundaciones urbanas", explica Gregor Grassl. También es fundamental garantizar el acceso a las rutas de emergencia, estaciones de bomberos y hospitales en todo momento.
2. Promover la infraestructura azul-verde
Las áreas verdes y los espacios abiertos urbanos actúan como áreas de retención natural y amortiguan las precipitaciones. "También hablamos de ciudades esponja porque estas zonas actúan como una esponja y absorben el agua de lluvia", afirma Grassl. Además, ofrecen protección contra el calor, mejoran la calidad del aire y la biodiversidad y aumentan la calidad de vida en las ciudades.
3. Abrir superficies
El asfalto y el hormigón evitan que el agua de lluvia se filtre. "Para contrarrestar esto, hay que desprecintar grandes superficies y sustituirlas por alternativas permeables al agua", afirma Grassl. De esta manera se pueden evitar remansos e inundaciones y al mismo tiempo mejorar el microclima.
4. Evitar represas contraproducentes
Las represas rígidas a menudo drenan el agua demasiado rápido, lo que agrava las inundaciones en otros lugares. "En lugar de descargar agua a un ritmo acelerado, es importante frenarla y amortiguarla". Las áreas de retención y los diseños naturales ayudan a retener el agua en el sitio por más tiempo.
5. Integración en la planificación urbana y la ordenación del territorio
Las medidas de protección deberían integrarse en los proyectos de construcción en una fase temprana. "Las áreas de retención también se pueden utilizar como parques, áreas de juego o salones". Esto crea una protección funcional con valor añadido adicional.
"En lugar de reaccionar reactivamente a los acontecimientos, las ciudades y comunidades deberían invertir de forma proactiva en infraestructuras resistentes al clima. Hoy en día ya se pueden implementar soluciones que combinen seguridad, sostenibilidad y calidad de vida", concluye Gregor Grassl.