Teoría SHK: presión en la caldera.
Encontrar aprendices adecuados en la industria HVAC se está convirtiendo en un desafío cada vez mayor para muchas empresas.

Teoría SHK: presión en la caldera.
En muchas empresas instaladoras, la batalla diaria por encontrar talentos jóvenes motivados forma parte desde hace mucho tiempo de la realidad operativa. Nuestra encuesta confirma claramente esta impresión: a la gran mayoría de los encuestados les resulta bastante difícil o incluso muy difícil encontrar buenos aprendices. Sólo una pequeña minoría habla de facilidad de contratación.
Aunque la mayoría de las empresas afirman estar algo satisfechas o incluso muy satisfechas con sus aprendices actuales, el análisis de los comentarios abiertos expresa una imagen mucho más diferenciada. Se mencionan con especial frecuencia los déficits de motivación y de ética laboral, las dificultades de comunicación y los problemas fundamentales en el ámbito de la educación general.
Tabla 1 ©ÖWV
falta de actitud
El principal desafío entre los desafíos es el área de motivación y ética laboral, con más del 66 por ciento. Una empresa lo expresa de manera sucinta: "Se necesitan jóvenes que sean resilientes. Nadie que tenga que acostarse después del trabajo porque antes era muy agotador". En muchos lugares, las expectativas de los jóvenes ya no parecen cumplirse, lo que a menudo se atribuye al papel de los padres. Un comentario dice: "Normalmente los niños no son el problema, sino los padres que quieren que sus hijos comiencen la vida sin preocupaciones; lamentablemente, suele ocurrir lo contrario".
De cerca, con un 58 por ciento, estaban las críticas a la educación general y los modales de los jóvenes. Aritmética, escritura, conocimientos de alemán: los comentarios a menudo mencionan déficits enormes. Un participante dice: “El conocimiento después de la escuela secundaria es manejable, los cálculos simples son difíciles de resolver para muchas personas”.

Debilidades en el sistema escolar
Las respuestas sobre el atractivo de la enseñanza en el sector SHK también muestran que la situación no se puede mejorar sólo con medidas de contratación. Aunque cuatro de cada diez encuestados todavía ven un gran atractivo en la profesión, otros tantos afirman que el interés está disminuyendo o simplemente ya no existe. Algunas voces son especialmente críticas con la percepción que la sociedad tiene de la enseñanza: "Si preguntas a alguien a qué se dedican sus hijos, oirás: Claro que estudian", dice sarcásticamente un comentario. Otro dice: “La enseñanza no está muy bien considerada socialmente”.
Esta visión corresponde a una frustración generalizada por la falta de reconocimiento, tanto de los aprendices como de sus formadores. Ha habido repetidos llamamientos para que los oficiales sean más valorados y no desmotivados por la burocracia y los recortes.
Críticas a la escuela vocacional.
Las respuestas abiertas a la pregunta “¿Qué es necesario cambiar?” son diversos, pero su mensaje central es claro: las empresas quieren reformas estructurales y un replanteamiento social. Entre otras cosas, se mencionan una mayor preparación escolar para el mundo laboral, una mejor formación lingüística y menores costes laborales no salariales.
También se critica el propio sistema de formación profesional: "No como un curso, sino una vez a la semana, para que los aprendices no pierdan el contacto con la empresa", sugiere un participante. Además, a muchas empresas les gustaría que los contenidos escolares estuvieran más alineados con la vida laboral cotidiana y no ignoraran la realidad de la vida de los jóvenes. Algunos también ven la solución en consecuencias más claras en materia de legislación laboral: "La empresa de formación debería tener la posibilidad de despedir a los aprendices que no hayan terminado la escuela profesional. Están quitando puestos de aprendizaje a otros".
Llamado a la reforma
Los resultados de nuestra encuesta lo muestran claramente: la formación profesional en SHK está bajo presión. Entre la importancia social, el déficit escolar y una nueva comprensión de los valores entre la generación joven, a las empresas les resulta cada vez más difícil encontrar talentos jóvenes adecuados y retenerlos a largo plazo.
Pero también está claro que muchas empresas quieren implicarse, asumir responsabilidades y ofrecer a los jóvenes una oportunidad real. Sin embargo, esto no sólo requiere nuevas condiciones marco, sino también un replanteamiento en todos los niveles: desde la familia hasta la escuela y la política.